De hace algún tiempo, en esa ceremonia circense, un hecho acapara mi atención: el que los jugadores de selecciones nacionales de todo el planeta, al entonar desafinadamente sus himnos nacionales, se ponen la mano arriba de la camiseta, justo allí donde está la tetilla izquierda, donde se supone está el corazón.
Ponerse en pie con una postura erguida y los brazos firmes, es decir es incorrecto cruzarlos sobre el pecho o detrás de la espalda. cantar con fervor cívico, en voz alta y al ritmo correcto. tener una actitud respetuosa y seria en todo momento.
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